viernes, 25 de febrero de 2011

Caifanes | algunos comentarios



Aviéntame,
aviéntame hasta donde quieras, y luego ven,
a mirar como no muero, como aguanto.

Saúl Hernández, Aviéntame

Hoy se cumplen 24 años de la primera vez que un grupo llamado Caifanes se presentara en un escenario, en aquella ocasión su debut fue en Rockotitlan y la historia que inició en ese momento es por demás conocida. 

Hace un par de días ese mismo grupo regresó a un escenario después de una ausencia de más de 15 años, en esta ocasión fue el Vive Latino y todos los pronósticos se cumplieron: lleno total y un festival que le calzaba muy chico a una banda de la jerarquía y trayectoria de Caifanes. Bastó con ver los puestos de playeras y souvenirs que había en la caótica salida para darse cuenta del peso que sigue teniendo esta banda, todos esos puestos estaban plagados de cosas de Caifanes y del Vive, con los respectivos posters de figuras ya consolidadas y algunos grupos del momento, pero de los grupos que se presentaron era muy raro encontrar algo, la proporción de la oferta era de un 20 Caifanes a 1 de la banda que quieran.....y aquí sí podemos confiar en que el mercado informal sólo se deja manejar por la "mano invisible" de Adam Smith, aquella que pregonan los idólatras de la economía abierta y salvaje.

Pero no se trata de ser arrogante o poner a Caifanes en un pedestal, por el contrario, que bueno que volvieron a tocar, y sobre todo en un festival donde confluyen propuestas tan diversas dentro del mismo género como es el rock. Lo que me interesa destacar es que la alegría que tenían (teníamos) de estar juntos fue genuina y espontánea, creo que la decisión que tomaron de volver a compartir un escenario no pasó por las calculadoras y los contratos que enmarcaron las fastuosas giras del regreso de otras bandas del mismo calibre, como Soda Stereo o Héroes del Silencio.... con todo el respeto que merecen ambas agrupaciones, pero el billete se olía, y en cuanto al regreso de Soda, los villamelones y advenedizos pululaban dentro del respetable. No obstante, esta vuelta al ruedo de Caifanes fue más directa, honesta y cruda, como es su música. La poesía de Saúl, la neurosis sonora de Marcovich, la sencillez de Sabo, la finura de Alfonso y la elegancia de Diego llenaron una vez más ese hueco que hasta ahora, ninguna banda ha podido ocupar dentro del rock nacional. 

Abril 11 de 2011

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